Dice una quintilla cartagenera:
Yo en Cartagena nací
Allí me bautizaron
Unas veces fui feliz
Otras mis ojos lloraron
Pero allí quiero morir
A mí me ocurre un poco lo mismo. No ha sido Cartagena la ciudad donde más he vivido ni donde más a gusto he estado pero sí donde tengo la querencia. Hay muchas cosas de su espíritu actual que no me gustan y hay otras que no me han gustado nunca pero las que me han atraído lo han hecho con marca de fuego. Separo algunos de esos temas cartageneros que intuyo te gustará que comparta:
El Trovo es poesía popular improvisada y se practica y disfruta en el Campo de Cartagena desde el siglo XVIII. Los troveros son poetas (algunos de los históricos más famosos no sabían leer ni escribir) que tienen la capacidad de improvisar una estrofa en menos de 30 segundos, guardando un escrupuloso respeto por las normas literarias que utilicen (cuartetas o quintillas principalmente). Cuando asistí por primera vez a una competición formal de debate en una universidad inglesa, me supo a malta mala en comparación con el café tico que representa una velada trovera. Si tienes oportunidad de asistir a una, no dejes de hacerlo. Dos buenos enlaces son: Pepe Criado y José María Marín.
El orden es el resultado óptimo de la anarquía, al menos así se entiende en
Cartagena en Semana Santa. Sin ninguna obligación, sin jerarquías, sin clérigos,
pero con mucha fe, mucho sacrificio, mucha entrega, mucha diacronía y mucha
comunidad, sale esto:
www.youtube.com/watch?v=-viqyI8Z7Xo&hl=es
www.youtube.com/watch?v=cVP7cVfpgT4&hl=es
www.youtube.com/watch?v=vNpl9hzIsYU
www.youtube.com/watch?v=cVP7cVfpgT4&feature=related
Pienso que gran parte de mi fe se la debo a esta Semana Santa. Si te tuviese que recomendar un momento especial sería éste: la recogida de la Pequeñica el Viernes Santo temprano en la mañana y el posterior canto de la Salve junto a los cofrades en el Arco de la Soledad.
La Cartagenera, en sus variedades de Cartagenera grande y de Taranta-cartagenera o cartagenera chica es un palo flamenco de ejecución libre y sentida que hicieron grande dos genios del cante: Antonio Chacón y El Rojo el alpargatero. Como la mayoría de los cantes flamencos de Levante está alejado de las poses y barroquismos de la escuela jerezana y entronca más directamente con los orígenes indios (que no moros) del cante jondo. La cartagenera es flamenco puro con la guitarra justa y mucha pasión. Hoy se oyen en Barcelona y en Santa Lucía y las cantan muy bien (con demasiadas concesiones comerciales para mi gusto) Carmen Linares y Curro Piñana. Aquí puedes encontrar algunas de las más clásicas. Y aquí una selección de las muchas que compuso Carmen Conde. Si quieres oír al que mejor las ha grabado, busca la voz "Antonio Piñana" (padre de Curro) en un buen reproductor.
Cartagena es afán de libertad. Dudo que haya una ciudad que pueda condensar mejor esa ansia. Cartagena ha sufrido el delirio centralista del poder y ha sido muchas veces víctima del imperialismo: militó contra Roma y pagó por ello. Fue destruida (no quedó piedra sobre piedra) por el centralismo visigótico toledano (Witiza) y privada de la primacía. Fue arrasada de nuevo por los 100.000 Hijos de San Luís y después por López Domínguez en 1873 para salvar el poder de Madrid. Cartagena es también afán de verdad pues siempre el vencedor impone la suya. Gracias al desvelo de no pocos de mis paisanos algunos de esos hechos se están ahora reescribiendo con un mínimo de ecuanimidad. De los sucesos de 1873 y 1938 incluso tenemos memoria gráfica.
Disfruta de una cuantas aquí. (En obras: reubicando fuentes en otro lugar)