Se va ganando en experiencia y la tercera edición ha salido redonda. Los que hemos tenido la oportunidad de participar en esta tercera edición de la Universidad Internacional de Verano Ciencia y Vida hemos salido muy enriquecidos, tanto por la calidad académica de sus participantes como su apertura y afán de compartir. No han faltado nuevas amistades y proyectos de colaboración académica internacional.

Este año la convocatoria nos citó del 23 al 26 de agosto pasados, en las instalaciones de la Comisión Nacional de Bioética, en la ciudad de México, que amablemente cedieron para esta edición. Los académicos han procedido de Perú, Colombia, Costa Rica, Argentina, España y México. Fueron cuatro días intensos para abordar el tema: Conciencia cívica y vida digna para todos.

Por las mañanas se abordó el tema de manera formal, a través de cuatro simposios en los que cada expositor dispuso de 15 minutos. En seguida se procedió a las preguntas en rueda de prensa que cerraron cada día con una intervención conjunta en la que, desde distintos enfoques se fue completando la información, tanto por las distintas áreas de conocimiento, como la visión de diversos orígenes de la geografía americana. Por las tardes se sostuvieron coloquios con los ponentes y con diversas personalidades dirigentes de asociaciones que velan por la vida y la sociedad.

El tiempo libre fue una gran oportunidad para que ponentes y participantes conversaran sobre temas afines.

En el primer simposio: INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN EN LA SOCIEDAD GLOBAL, se expuso la exclusión generada por una globalización economicista y la propuesta de resolución, no sólo en manos de las autoridades, como otorgadores de recursos, sino generada por la sociedad civil mediante la solidaridad y la conciencia cívica que crea procesos de inclusión, al respetar y promover al ‘otro’ el derecho de ser ‘otro’ y reconocer que juntos podemos compartir el mismo mundo.

NECESIDADES BÁSICAS DEL SIGLO XXI, fue el tema del segundo simposio. La primera necesidad es el que todos puedamos llevar una vida digna, incluyendo también al no nato pues se le reconoce igualmente como persona humana. Se abordó el tema de la pobreza y de la democracia, que ha de facilitar y promover el bienestar de todos, no sólo de la mayoría.

BIOGENÉTICA Y DIGNIDAD fue el tema de la tercera sesión, en la que se dieron a conocer los estudios de aspectos circunstanciales poco considerados por los medios de comunicación alrededor del tema del aborto: el síndrome postaborto, las pruebas biológicas de una nueva vida, independiente de la madre, desde el momento de la concepción, las implicaciones legales que se han de considerar para no desproteger a las mujeres que han abortado, ya que son las más afectadas y, muchas veces, han sido presionadas por terceros.

Para finalizar, en el cuarto simposio se habló de LA CIENCIA Y LA VIDA EN AMÉRICA LATINA, destacando que el control demográfico no resuelve problemas sociales sino que crea otros, aumentando la pobreza. Para custodiar la vida en América Latina se propuso el apostar por la educación no formal; revalorar a la mujer como custodia de lo humano; entender al hombre como multiplicador, no como consumidor de bienes. Se destacó y se alertó del interés económico y de la búsqueda de poder en las políticas antinatalistas y el intento por sustraer el alma de las naciones alterando sus paradigmas de conductas sociales.

Al término de las sesiones se dio a conocer la Declaración de México, a la que ya se adhieren personas de procedencias muy diversas y que sigue abierta para que se difunda. El acto académico terminó con una amena comida en la que ponentes y participantes tuvieron la oportunidad de consolidar proyectos académicos a corto plazo, como una investigación sobre las consecuencias psicológicas de los padres que voluntariamente han abortado un hijo.