1ª Edición Americana de la Universidad de Verano Ciencia y Vida
Guadalajara, Jalisco, 5-15 de julio de 1998
La mañana del Lunes 6 de Julio en el auditorio del Hotel Aranzazu y con la presencia del subsecretario de educación y de la defensora de los derechos humanos del pueblo del estado de Jalisco, inauguramos la edición fundacional de la Universidad de Verano Ciencia y Vida en América. En la sala, además de los medios de comunicación que dieron cobertura a todo el evento, de los 50 alumnos registrados, provinientes de España y de 6 estados de la República de México, y del numeroso y eficaz grupo de voluntarias y voluntarios que trabajarían incansablemente durante los diez días siguientes para hacer de estas jornadas un encuentro inolvidable, estábamos los ponentes y organizadores de esta peculiar iniciativa académica: en nuestros rostros se dibujaba una alegre perplejidad.
No podía ser menos. Allí nos encontrabamos académicos provenientes de universidades de ocho países de Europa y América con una rara característica en común. Todos habíamos decidido costear nuestros propios gastos para compartir nuestras inquietudes intelectuales. Podía pensarse que en la sala del Hotel Aranzazu estaban reunidos unos profesores universitarios que estaban dispuestos a pagar por enseñar, y esto era cierto; pero también es cierto que todos hemos salido ganando pues volvemos a nuestros lugares de origen convencidos de que hemos recibido más que dado y tan seguros estamos de ello que vamos a repetir la experiencia el año próximo.
No se pueden resumir en unas pocas líneas el rico contenido de las ponencias, coloquios y presentaciones. Todo está grabado y todo saldrá impreso en una publicación específica. Lo que no saldrá visible directamente en ese material será el espíritu de sincera y amable solidaridad, la alegre camaradería, los vivos ratos de esparcimiento y el ambiente de genuina gratitud que compartimos. Aún así, el relator debe de atreverse a señalar algunos detalles para que los que no pudieron asistir tengan idea de los asuntos que tratamos y de las conclusiones a las que llegamos. Así, aunque resulte doloroso despachar cuarenta y siete horas de grabación de video en siete puntos, vamos a hacerlo:
1.- Un tema señalado ya el primer día por Jesús Ballesteros y que sirvió de punto de encuentro en muchos debates posteriores fue el reconocimiento del ius peregrinandi como derecho innato de la persona. En el año del cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lema de nuestra reunión, era una referencia obligada, sobre todo cuando la instrumentalidad de unas personas para los fines de otras parece aceptarse irreflexivamente como un hecho consumado.
2.- Asimismo, se acordó, como señalaron tanto los profesores del CEIB de Guadalajara como José Pérez Adán y más tarde, en una emocionante sesión en la que recitó sus propios poemas la niña Talía, también Ari (judío) y Fausi (palestino), la promoción de una cultura de la donación y de la acogida. Se estudiaron modos prácticos de implementar esta cultura y los objetivos más urgentes a llevar a cabo.
3.- En las intervenciones de José María Cantú sobre todo, y también en las de Lourdes Cantero, Annemarie Otte, y Jorge Martínez, quedó claro y manifiesto a todos que la vida y la ciencia, o están relacionadas por la ética, o se encontrarán tarde o temprano frente a frente.
4.- El derecho a la vida como fuente primaria de todos los derechos y como condición inerente al mantenimiento de la paz, quedó explicitado de diversas maneras, desde diversos ángulos y con diferentes propuestas y corolarios en varias sesiones. Quizá la intervención de Luis Ricardo Rodriguez nos ayudó especialmente a todos a valorar el trabajo llevado a cabo en Costa Rica en este sentido.
5.- Las diversas intervenciones, siempre amenas, de Alban d’Entremont nos ayudaron a reflexionar a cerca del debate sobre el estado de la población mundial. Su ponencia sobre los cinco mitos de la demografía nos trajo a la memoria aquella frase de Schumacher sobre la necesidad de hacer una economía (y una política) como si la gente importase para algo.
6.- A efectos prácticos, el fruto más importante del evento fue la puesta en marcha de la Fundación Interamericana Ciencia y Vida, que será el organismo que se encargará a partir de ahora de organizar las diversas ediciones de la Universidad de Verano. Se diseñó un calendario inicial que nos cita en la segunda semana de Julio de 1999 en Cartagena de Indias con el lema: «Educación y Población en dos Mundos», en San José de Costa Rica en el año 2000, y, posiblemente, en La Habana en el año 2001.
7.- El primer acuerdo de la Fundación Interamericana Ciencia y Vida fue firmar la Declaración de Guadalajara, que ya se ha divulgado, y que pretende presentar cientos de adhesiones de científicos de todos los países del mundo en el acto inaugural del encuentro de Cartagena el año próximo.
No es posible en tan poco espacio reseñar más. Quedan para el imborrable recuerdo de los que asistieron, la jornada en Tlaquepaque, el encuentro en el teatro Degollado, y tantas cosas hermosas que tiene Guadalajara, aunque ninguna lo es tanta como la calidad humana de su gente. Al final, en el aeropuerto, nos despedimos así: «hasta el año que viene en Cartagena».