Declaración de Guadalajara
En la ciudad de Guadalajara, a 15 de Julio de 1998, en el marco de la primera edición de la Universidad Internacional de Verano Ciencia y Vida:
Los abajo firmantes, miembros de diversos estamentos académicos, convocados en el año en el que se conmemora el cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en consonancia con su principio básico de que «la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana», y después de fructífero y sosegado diálogo y del rico intercambio de experiencias, acordamos proponer al mundo y a sus dirigentes lo siguiente:
En nombre de la independencia de la ciencia y de su vocación de genuino servicio al conjunto de la humanidad, expresamos nuestro rechazo a la supeditación de la investigación científica al designio e interés de los poderosos. La mayor lacra de la humanidad es la creciente y galopante desigualdad entre las gentes. Mientras la desnutrición sigue asolando a ciertas regiones del planeta, la bulimia y la anorexia hacen padecer a personas en otras regiones; mientras en África la expectancia de vida ronda los cincuenta y cinco años, en Europa alcanza los setenta y cinco. Creemos que la superación de estas y de todas las desigualdades debe de constituir la primera prioridad del trabajo científico y de los fondos económicos a él dedicados.
Asimismo, ponemos en conocimiento de los gobernantes del mundo y de los organismos internacionales, la voluntad decidida de los científicos y humanistas, de repudiar las prácticas de experimentación, investigación y trabajo, que relativicen en cualquier sentido el valor y la dignidad de la vida humana en cualquiera de sus situaciones desde su inicio hasta su terminación. Denunciamos con ello el esfuerzo de las multinacionales farmacéuticas en patentar y controlar el uso y la dispensación de drogas que sirven mayoritariamente a los intereses de los países ricos.
De igual manera, manifestamos nuestro rechazo a la política de consolidación de los poderes hegemónicos constituidos que intentan perpetuarse por medio del control de la población en los países pobres. Control que, en no pocas ocasiones, se ejerce a través de la coacción económica originada en la deuda externa.
Ponemos también en conocimiento de las instancias decisoras de la política internacional y de la cultura que conforma una economía globalizada, nuestra denuncia sobre la manipulación cultural que representa la imposición del modelo consumista occidental sobre las ansias de liberación, paz y autoestima de todos los pueblos que ven así menospreciada su riqueza no monetarizable y, por ello, más valiosa.
Por último, nos oponemos a los intentos de mercantilización del medio ambiente y de la naturaleza en la que viven los más pobres por medio de mercados y reglas comerciales controladas y diseñadas por los países ricos y poderosos.
Frente a todos estos desajustes y disfunciones ante los cuales la ciencia es a veces un testigo pasivo aunque disconforme, los que firmamos esta declaración queremos proponer como tareas prioritarias tendentes a mejorar la situación vital de todos los habitantes del planeta y a asegurar un futuro a las generaciones venideras, las siguientes acciones perentorias:
1.- Difundir una verdadera cultura de la vida promoviendo el máximo respeto a todas las personas por igual con base en el principio de no exclusión, y a través de la promulgación de derechos universales que brinden especial protección a los más débiles, como al embrión y al enfermo terminal. Asimismo, apoyamos la difusión de una cultura de la donación, sin fronteras, que consagre a la vez la gratuidad del acceso a órganos vitales para el mantenimiento de la vida y el respeto a la dignidad del donante.
2.- Reconocer el protagonismo social no sólo del individuo y del Estado, sino también de la familia, la comunidad vecinal, y la indígena. Con ello reconocemos la supeditación del legítimo interés de los padres a adoptar un hijo al derecho de los niños a tener una familia, por lo que el ordenamiento internacional debe facilitar la adopción a través de todo tipo de fronteras protegiendo siempre y primero los derechos del niño y su desarrollo personal.
3.-. Dar prioridad a los seres humanos sobre las mercancías mediante el reconocimiento universal de la libre circulación de personas.
4.-. Promover una genuina democratización repartiendo poder a los que menos tienen. El esfuerzo debe de dirigirse a sustituir la aparente democracia global actual («una nación un voto») por «una persona un voto», en los distintos foros internacionales.Y
5.- Reivindicar para la ciencia una genuina independencia y libertad con el fin de solucionar las más urgentes y sentidas necesidades humanas, proscribiendo toda subvención otorgada para proteger los intereses de los poderosos y, a su vez, destinando recursos prioritariamente a la educación: una educación integral, plural y humanista.
En Guadalajara, Estado de Jalisco, México, Julio de 1998.
La presente Declaración podrá ser suscrita por cualquier persona que, compartiendo sus principios y aspiraciones, se adhiera a ella a partir de su fecha de promulgación. Para ello hay que comunicar los detalles personales (nombre, institución y dirección) a la Fundación Interamericana Ciencia y Vida (cl. 119, n° 0-60. Usaquén, Bogotá, Colombia), o a:
In the city of Guadalajara, on July 15th, 1998, within the framework of the first edition of the International Summer University «Science and Life»
The signataries below, members of different academic bodies convened in the year in which the Fiftieth Anniversary of the Universal Declaration of Human Rights is being commemorated, in consonance with its basic principle that «freedom, justice and peace in the world are based on the recognition of the intrinsic dignity and on the equal and inalienable rights of all the members of the human family» and after a fruitful and pondered dialogue and the rich exchange of experiences, agree to propose to the world and to its leaders the following:
In the name of the independence of science and of its calling to the genuine service to the whole of humanity, we reject scientific research subservient to the designs and interests of the powerful. The greatest ill of humanity is the increasingly growing inequality among peoples. While undernourishment is still assailing certain regions of our planet, bulimia and anorexia cause suffering to people in other regions; while life expectancy in Africa is only fifty-five years, in Europe it is above seventy-five years. We believe that the overcoming of these and all the other inequalities must constitute the top priority of scientific work and of the funds destined to it.
As well, we inform the governing powers of the world and international organizations about the unflagging determination of scientists and humanists to repudiate the practices of experimentation, research and work that in any manner undermines the value and dignity of human life in any of its situations from its inception to its termination. We thus denounce the efforts carried out by multinational pharmaceutical corporations to file patents and to control the use and distribution of drugs that by and larg serve the interests of the rich nations.
Equally, we manifest our rejection of the policy of consolidating the hegemony of the established powers that aim at perpetuating themselves by means of population control in the poor nations. This control is often exercised through the use of economic coercion originated in the foreign debt.
We also inform the decision-makers of international policy and culture that make up a globalized economy that we denounce the cultural manipulation which represents the imposition of the Western consumer model on the hopes of freedom, peace and self-esteem of all those peoples who thus see how their non-marketable wealth and therefore their greatest asset is downgraded.
Lastly, we oppose the attempts to tag a price on the environment which sustains the lives of the poorest peoples by means of terms of trade and commercial rules that are controlled and designed by the richest and most powerful nations.
In view of all these unbalances and inequalities in the face of which science is often a passive although a non-conforming witness, those who sign this Declaration wish to propose, as priority tasks tending to improve the vital situation of all the inhabitants of the planet and to ensure a future to the coming generations, the following urgent actions:
1.- The spreading of a true culture of life promoting the greatest respect equally to all persons on the basis of the principle of non-exclusion and by means of the promulgation of universal rights that provide special protection to the weakest, such as the human embryo and the terminally ill patient. As well, we support the spreading of a culture of donation without frontiers which at the same time consecrates the freedom of access to vital organs for the maintanance of life and the respect for the dignity of the donor.
2.- The recognition of the social protagonism not only of the individual and the State, but also of the family, of the neighborhood community and of indigenous peoples. Through this we recognize the priority of a child’s right to have a family above and beyond the legitime interests of parents to adopt a child, for which reason the international juridical framework must facilitate adoption across all types of frontiers, always protecting, first and foremost, the rights of the child and his or her personal development.
3.- The granting of priority of human beings over merchandise by means of the universal recognition of the freedom of movement and settlement.
4.- The promotion of a genuine democracy by the sharing of power with those who have less. Efforts must be made in the direction of replacing the apparent global democracy («one nation, one vote») by «one person, one vote» in the different international arenas. And
5.- The claiming, on behalf of science, of true independence and freedom with the aim of solving the most urgent and heartfelt human needs, doing away with all funds granted to protect the interests of the powerful, and, at the same time, giving priority to an education that is integral, plural and humanistic.
In Guadalajara, State of Jalisco, Mexico, July 1998.
The present Declaration can be subscribed to by any person who shares its principles and aspirations and wishes to adhere to it from the date of its promulgation. In order to do this it is necessary to send in personal data (name, institution and address) to the Inter-American Science and Life Foundation (cl. 119, n° 0-60. Usaquén, Bogotá, Colombia), or to:
- Carlos Abascal, UNAM, México
- Alberto Athie, Justicia y Paz, México
- Rosario Athie, Universidad Panamericana, Guadalajara
- Jesús Ballesteros, Universidad de Valencia
- Elena Bea, Universidad de Valencia
- Gabriel Buigues, Universidad de Valencia
- Jutta Burgarff, Universidad de Navarra
- Juan J. Cabrera, Universidad de Córdoba
- José A. Calvo, Huesca
- José Candelero, Equipo Federal del Trabajo, Bahía Blanca
- Lourdes Cantero, Universidad de Murcia
- José María Cantú, Universidad de Guadalajara
- Gilberto Cely, Universidad Javeriana, Bogotá
- Collazo, Eliseo, Universidad de Cordoba, España
- Carlos Corredor, Bogotá
- Aura I. Cuevas, Universidad de la Sabana, Bogotá
- Martin Cullen, Sidney
- Guy Debrock, Universidad de Mastrich
- Alban d’Entremont, Universidad de Navarra
- Javier Duarte, Universidad del Istmo, Guatemala
- María Espejo, Centro Andaluz de Bioética, Sevilla
- Kathinka Evers, SCRES, International Council for Science, Oslo
- Encarnación Fernández, Universidad de Valencia
- Lorenzo Fernández, Universidad Complutense
- Carlos Franky, Universidad de la Sabana, Bogotá
- Julio Galán, Universidad de Oviedo
- Jorge Galvez, Universidad de Valencia
- Paul Grant, Waikato University, Hamilton, NZ
- Pablo García, Universidad de Navarra
- M. Casas de Gargari, Universidad Panamericana, México
- Rodrigo Guerra, Gobierno de Querétaro, México
- Roberto Guigliani, Universidade Porto Alegre
- Leonor Gómez, Universidad de Extremadura, Badajoz
- Seamus Grimes, University College Galway
- Pablo Guerra, Universidad Católica de Uruguay, Montevideo
- José Miguel Hernández, Universidad de Valencia
- Francisco Jiménez, Universidad de Valencia
- Emiliano Jiménez, Diputación de Barcelona
- José Juambelz, Universidad Anahuac, México
- Ari Kahan, México
- Francisco León, Sociedad Española de Bioética, Santiago
- Angela López, Universidad de Zaragoza
- Paul Malet, Universidad de Clermont-Ferrand
- Ana Marcuello, AEBI, Zaragoza
- Alberto Martín, Universidad de Alcalá
- Oscar Martínez, Universidad Anahuac, México
- J J Martínez, Universidad de la Sabana, Bogotá
- Miguel A Martínez-Echevarria, Universidad de Navarra
- Bernadette Marx, Breda
- Blanca de Miguel, Universidad Politéctina de Valencia
- María de Miguel, Universidad Politécnica de Valencia
- José Miranda, Universidad de Navarra
- August Monzón, Universidad de Valencia
- Guadalupe Morfín, Defensora del Pueblo, Estado de Jalisco
- Esteban Munilla, Bilbao
- Javier Nuñez, Centro de Estudios de Bioética, Guadalajara
- Dale O’leary, Rhode Island
- Ana Otte, Instituto Valenciano de Fertilidad, Valencia
- Juan Carlos de Pablos, Universidad de Granada
- José Luis Pacheco, Universidad de San José
- Ana Paza Jarabo, Universidad de Valencia
- José Pérez Adán, Universidad de Valencia
- José F. Pérez, Universidad de La Laguna
- Arturo Picos, Ipade, México
- Juan J. Pons, Universidad de Navarra
- Jesús Poveda, Universidad Autónoma de Madrid
- F J Ramiro, Facultad de Teología, Guadalajara
- Consuelo Redón, Instituto Juan Pablo II, Valencia
- Joaquín Redondo, Fordham University (jubilado), Old Bridge, NJ
- Luis Ricardo Rodríguez, Universidad de San José
- Roberto Rojas, Universidad Panamericana, Guadalajara
- Frank Ruiz, Illinois Institute of Technology, Chicago
- I. Sánchez de la Yncera, Universidad Pública de Navarra
- Juan Sandoval Iñiguez, Cardenal Arzobispo de Guadalajara
- Emilio Sanz, Universidad de Las Palmas
- Alejandro Serani, Universidad de Los Andes, Santiago
- Nicolás Sosa, Universidad de Salamanca
- Juan A Talens, Decano, Instituto Juan Pablo II, Valencia
- Marta Tarasco, Universidad de Santiago
- Gloria Tomás, Sociedad Valenciana de Bioética
- Zen Udani, University of Asia and the Pacific, Manila
- Guillermo Vetcher, Instituto Promoción Estudios Sociales, Santa Fe
- Vicente Villar, Universidad de Valencia
- Fawzi Yousif, Embajador de Palestina, Jerusalén
- Carlos Zavala, Instituto Mexicano del Seguro Social, México
- Francisco Zurián, Secretario General, Universidad Católica de Ávila
- Imanol Zubero, Universidad del País Vasco, Bilbao