Declaración de San José

  1. El reto cultural más importante que tiene planteado el Siglo XXI es la superación del individualismo. El individualismo aísla de los demás y pone barreras a la comprensión de las realidades sociales más básicas. Entre ella, la familia es la más perjudicada.
    La familia es el entrono propio de lo humano. Somos humanos porque somos familiares y en la medida en que seamos más familiares, más humanos seremos. Por ello, el mejoramiento de la situación y condiciones de vida de las familias debe ser objetivo prioritario de toda acción de gobierno.
  2. La mejor familia es aquella en la que mejor pueden criarse los hijos y es ésta la que debe ser salvaguardada y legitimada por los poderes públicos. Se trata de aquella en la que los padres, varón y mujer, forman un matrimonio en unión permanente de vida y amor al servicio de la prole y de toda la sociedad.
  3. El reconocimiento de la familia como ámbito de bienestar, de equidad, de justicia y de realización implica la confianza. Los gobiernos deben confiar en las familias: garantizar su libertad y asegurar también su capacidad decisoria. Para ello, esta declaración asume como meta alcanzar en los próximos años en todo el mundo el derecho al voto de los niños representados por sus padres.
    Uno de los logros del siglo XX fue la extensión del sufragio universal a la mujer, aun y cuando este derecho no esté plenamente reconocido en algunos países. En el siglo XXI la inclusión de los niños en el sufragio hará definitivamente universal el derecho al voto, que es una exigencia irrenunciable de la persona en una sociedad democrática. Toda vida humana, no importa su tamaño, debe ser reconocida por la sociedad como miembro actual y no solo potencial.
  4. La participación activa de la familia en las elecciones implica otorgarle el voto a todo el núcleo familiar en proporción a su tamaño. Consiste en la equiparación de la ciudadanía a la nacionalidad: la extensión de los derechos propios de la ciudadanía a todos los nacionales, incluyendo los menores de edad.
    El voto de los niños representados por sus padres es una manifestación de que la familia es sujeto social de derechos. Toda persona desde el inicio de su vida debe de tener el derecho a su inclusión en el censo. El voto de cada menor de edad será emitido por sus padres de acuerdo con el sistema que cada país vea más conveniente y justo a sus circunstancias.
  5. El derecho al voto de los niños es también una necesidad educativa. La sociedad necesita padres responsables que sepan transmitir valores y actitudes saludables de generación en generación conformando culturas de servicio en la que los niños sean protagonistas. Los poderes públicos deben facilitar esta tarea enseñando a enseñar en y desde las familias.
    Una cultura y una sociedad saludables suponen el protagonismo de los niños, para los que trabajamos y preparamos un mundo mejor y plenamente incluyente. Vivir para los niños y apostar por la familia es hacer futuro y es también una manera eficaz de vacunarse contra el individualismo.

En San José de Costa Rica a 28 de Julio de 2001.

  1. The most important cultural challenge posed for the 21st Century is the overcoming of individualism. Individualism not only isolates us from others. It also blocks our understanding of the most basic social realities.Worst affected is the family.
    The family is the characteristic environment of the human. We are human first of all because we are related to other humans. And we become more human as we become better members of our families. Thus the improvement of the conditions of life of families should be a priority for all governments.
  2. Families are better insofar as they are better able to raise children. Such families should be safeguarded and legitimated by public authorities, families in which both parents, male and female, form a permanent matrimonial union of life and love, for the sake of their children and thereby also for the sake of the whole society.
    Recognition of the family as a sphere of well-being, fairness, justice and self-realization involves trust. Governments should trust families, guaranteeing their liberty and also assuring their capacity to affect public decisions. Those societies that focus on the needs of the next generation are the best stewards of our resources and of our environment.
  3. The needs and concerns of families lack proportionate political weight as long as ballots are not distributed for children as well as for adults. One-person-one-vote means that a family of four should have four votes. Only thus is human equality effectively secured. For this reason, this declaration takes up as a goal to be reached in the coming years throughout the world the right of children to the vote, represented by their parents.
    Just as women’s interests could not be adequately represented without the power of their vote, so, too, children’s interests cannot have sufficient public impact without a vote on their behalf by those nearest to them. The fact that children cannot yet make decisions for themselves does not deprive them of representation, through an adult, in a court. Neither should this incapacity deprive them of representation in a legislature. That they need help to voice their interests should not mean that they count for nothing. Every human life, of whatever size, should be recognized by society as an actual member — not just a potential one. Truly universal suffrage is an inalienable claim of the person in a democratic society.
  4. Active electoral participation by families entails awarding them the vote in proportion to their size. If there is only one parent in a family, that person will cast the vote of each of his or her children. If both are present, each parent independently will case one-half vote on behalf of each of their children, according to procedures which each country considers most appropriate.
  5. The right of children to the vote is also an educational necessity. Society needs responsible parents who know how to transmit healthy values and attitudes from generation to generation. Among these is the principle of equal respect and concern for persons of every size and condition. We must form cultures of service in which children play a leading part, and public authorities should facilitate this task in and from families. A healthy culture and society suppose the centrality of the children for whom we work to prepare a better and fully inclusive world. To empower children’s interests is to give weight to that future over the present. And it is also an effective way to vaccinate ourselves against excessive individualism.

  • Álvarez-León, Ricardo, Universidad de La Sabana (Colombia)
  • Antonio, Arjona, FSIE Alicante
  • Aparisi, Ángela, Universidad de Navarra
  • Arsuaga, Ignacio, ONG Hazteoir
  • Athie, Rosario, Universidad Panamericana de Guadalajara
  • Ballesteros, Jesús, Universidad de Valencia
  • Botta, Oscar, Universidad del Museo Social Argentino
  • Brenes, Diego, Universidad de Costa Rica
  • Burggraf, Jutta, Universidad de Navarra
  • Candelero, Manuel José, Fundación para el Desarrollo Económico con Justicia Social, Universidad de San Juan, Argentina
  • Cazorla, Adolfo, Instituto Nacional de Investigación Alimentaria INIA, Ministerio Ciencia y Tecnología, Madrid
  • Cebrián, Juan Antonio, CSIC, Madrid
  • De los Ríos, Ignacio, Universidad Politécnica de Madrid
  • Delgado, Pilar, Universidad Panamericana de Guadalajara
  • d’Entremont, Alban, Universidad de Navarra
  • Esquivias, Guadalupe, Universidad Septién García (México)
  • Gamboa, Gilberto, Universidad del Valle (Colombia)
  • García, Teresa, Universidad Panamericana y Anunciación Comunicación Altruista
  • Gil, Laura Cecilia, Universidad Bonaterra, Aguascalientes
  • Gil-Morte, Carmen, Escuela de Estudios Superiores de la Empresa (Valencia)
  • Henriquez, Ginnette, Universidad de Costa Rica
  • Ihnatowicz, Janusz, University of Saint Thomas, Houston
  • Jiménez F. , Javier, Universidad de Valencia
  • Londres, Isabel, SYAD, Murcia
  • Lorena, Martha, Presidencia Comité Provida de Honduras
  • Loria, Alejandra, Universidad Latina
  • Luque, Elisa, Universidad de Navarra
  • Mandigorra, Javier, PREF, Valencia
  • Megias, José Justo, Universidad Católica de Ávila
  • Mena, Patricio, Universidad de los Andes (Chile)
  • Montano, Pedro, Universidad de la República, Montevideo
  • Ochoa, Susana, Universidad Panamericana de Guadalajara
  • Oltra, Vicente, Escuela de Estudios Superiores de la Empresa (Valencia)
  • Orenga, José Manuel, Asociación de Teólogos Laicos de España
  • Ospina, Helena, Universidad de Costa Rica
  • Otte, Ana, Instituto Valenciano de Fertilidad IVAF
  • Pérez Adán, José, Universidad de Valencia
  • Plaza, Emilio, Plaza R&D Center
  • Poveda, Jesús, Universidad Autonoma de Madrid
  • Quesada, Christian, Universidad Latina de Costa Rica
  • Randle, Ana, Movimiento Mundial de Madres, Argentina
  • Renteria, Teresa, Universidad de Guadalajara
  • Rodríguez, Luis Ricardo, Universidad de Costa Rica
  • Roglá, Vicente, Colegio de Médicos, Valencia
  • Rojas, Roberto, Universidad Panamericana de Guadalajara
  • Romo, Monserrat, Universidad Panamericana de Guadalajara
  • Ros, Javier, Instituto de Ciencias Religiosas, Facultad de Teología de Valencia
  • Ruiz Abellan, Eduardo, Universidad de Alicante
  • Sánchez, Antonio, Universidad de Valencia
  • Scala, Jorge, Universidad Libre Internacional de las Américas
  • Schiappacasse, Luis Enrique, Hospital Clínico Naval de Chile
  • Stith, Richard, University of Valparaiso (Estados Unidos)
  • Tale, Camilo, Universidad Católica de Cuyo
  • Talens, Juan Andrés, Instituto Pontificio Juan Pablo II, Universidad Lateranense
  • Tomás, Gloria, Universidad Católica de Murcia
  • Udani, Zen, University Asia & Pacific (Filipinas)
  • Uribe, Fernando, Centro de Estudios Bogotanos
  • Vargas, Roger, Universidad de Costa Rica
  • Vieira, Humberto, Associação Nacional Pró-Vida e Pró-Familia do Brasil
  • Yagüe de Álvaro, Luis, Centro de Investigación Tecnatom