La base y fundamento de la educación a distancia es la cercanía entre el cuerpo de profesores/tutores y el alumnado.
En ULIA seguimos un método de educación personalizada con implicación motivacional y participativa que hacen posible el servicio y la gratuidad. Ni nuestros profesores y tutores están implicados por razones distintas de su dignidad y compromiso, ni nuestros alumnos por motivos diferentes al afán de aprender. La comunión que procuran el honor de servir por un lado y la gratuidad del esfuerzo por otro resultan en una cercanía y proximidad que supera las distancias geográficas.
El seguimiento, retroalimentación, apoyo, empatía, y constancia son características nuestras, resultando en índices muy altos de perseverancia. Habitualmente más del 90% del alumnado inscrito termina el programa satisfactoriamente. Ello es posible también porque solo admitimos a los alumnos que podemos atender bien, habitualmente no más de 20 por programa y año.
A día de hoy muchos de nuestros tutores son antiguos alumnos que desean dar gratis lo que recibieron gratis. Consecuentemente nuestro equipo docente está compuesto por gente normal y corriente que aspira a la excelencia y que trata de ayudar desinteresada y amablemente comunicando su saber y regalando su trabajo.
Cada uno de nuestros alumnos dispone, aparte del consejo que puedan solicitar, de sus calificaciones y correcciones con prontitud. Durante el curso, y después mediante la participación en la comunidad alumniulia, reciben recursos y soporte para la actualización y profundización temática. Y una vez al año nos reunimos presencialmente en el claustro anual convocado cada vez en una ciudad y país distinto, para celebrar una cercanía y acompañamiento que nunca dejan de estar presente.