AMAZING GRACE (Michael Apted, 2006)

Sinopsis

Narra la historia de la vocación de William Wilberforce, de su lucha por abolir el comercio de esclavos que, como se dice al inicio de la película, todavía estaba vigente a finales del siglo XVIII. Él morirá en 1833 y dará la vida por esta causa.

Una gran película para reflexionar sobre los talentos personales y las causas sobre las que vale la pena comprometerse (¡hay tantas y buenas!) y para unir la vocación profesional con la existencial o trascendente (religiosa). “Vocación” es el término que resume la película: la vida de Wilberforce es la historia de su vocación.

También nos da pie para pensar en los grandes cambios sociales, cuando estos son “contra corriente” y, sobre todo, en la defensa de la dignidad humana frente a los intereses económicos y la ambición humana de poder.

El título está basado en una de las canciones más populares de habla inglesa. La letra es un himno compuesto por el clérigo y poeta inglés John Newton (1725-1807). Su mensaje: el perdón y la redención son posible a pesar del mal cometido. Newton la escribió cuando, embarcado como marinero en una nave que dedicada al comercio de esclavos y, en medio de una terrible tormenta, creyó perder la vida. Pidió ayuda a Dios y acabó siendo ordenado sacerdote de la Iglesia anglicana en 1764. Amazing Grace fue escrito para ilustrar un sermón en el día de Año Nuevo de 1773.

Algunos momentos estelares

a) Dios crea a cada ser humano con una misión en la vida y, para ello, le dota de las condiciones humanas necesarias. Tales cualidades superan las meramente físicas. Algo que queda patente en el protagonista, una persona de salud frágil pero tenaz, firme, decidida, sincera, con un gran corazón comprometido en lo social. Si hay algo que hace saltar al pacífico Wilberforce es la injusticia, la vulneración de la dignidad humana. Esto le afecta hasta psicosomáticamente… y nos hace reflexionar tanto sobre las cosas que nos afectan como el grado en que lo hacen.

b) Pero uno es libre de emplear esas cualidades y dotes en su misión (tratando de descubrir cuál es en diálogo con Dios, a lo que se suele llamar oración) o en otras misiones o, incluso, en no emplearlas. Wilberforce es un hombre religioso que le pregunta a Dios todo. Consulta al cielo. Actitud que recuerda la que también mantiene el protagonista de El violinista en el tejado… Dudas, ilusiones, deseos, sueños, todo hablado o cantado con Dios.

c) En la película vemos que Wilberforce se enfrenta en un primer momento a dos polos que parecen opuestos: Dios o la política. Y, en un momento determinado, la señora pelirroja mayor que asiste a sus reuniones, en la primera de ellas, le hace ver que no existe contradicción entre ambas. Y, cambiando de profesión, quería mencionar a un gran médico, el doctor Eduardo Ortíz de Landázuri que, además, tiene abierto su proceso de beatificación: cuando le pusieron ante un dilema parecido: ¿Dios o aspirar al Premio Nobel? Respondió: he aprendido que si quiero ser santo tengo que trabajar como si fuese a por el Nobel. Lo divino no es considerado un añadido a lo humano, algo como postizo, no aparece de forma violenta, no es como una capa de pintura más…, lo divino es donde reside nuestro más profundo y auténtico yo, nuestra realización más plena.

d) Otro punto para el debate sería la responsabilidad de cada uno. No sólo Wilberforce se da cuenta de las injusticias. En concreto, ¿qué obligación tengo moralmente de cooperar a intentar solucionar todo el mal que veo? W. Shakespeare se quejaba cuando se preguntaba: “¿quién me ha enviado al mundo con la intención de arreglarlo?”. Gracias a Dios somos instrumentos y siempre deseamos más que podemos. Lo cual no significa que nos crucemos de brazos. Si toda nuestra fortaleza es prestada, Dios pondrá en nosotros el ánimo, la fuerza y las ideas para intentar paliar las injusticias que nos permite ver.

Aquí viene como anillo al dedo la frase de la película: “¿Por qué pinchan más las espinas cuando no corres”? Que significa que cuando no haces nada, te duelen más las cosas. La conciencia te impulsa, te saca de la poltronería, de la comodidad. La felicidad no está en pelear por una vida cómoda y sin contradicciones (algo por lo demás imposible), sino en emplearla en pelear las batallas que valen la pena.

e) Hace años, en una estación de autobuses, me llamó la atención un cartel que decía: “Los únicos que siguen la corriente son los peces muertos”. La vida es lucha y no era fácil, en una época como aquella, abolir algo que hoy nos parece obvio. En la actualidad siguen existiendo “estructuras de pecado” que no será fácil combatir pero la audacia y personalidad de Wilberforce nos muestra que las cosas del mundo no varían hasta que alguien se empeña en cambiarlas.

Preguntas para el diálogo

  1. Estamos ante el esfuerzo por abolir la esclavitud, ¿crees que realmente, aunque han pasado ya cientos de años, está realmente abolida? ¿Qué otras formas de esclavitud perviven hoy en día?
  2. ¿Qué dones crees que tienes? ¿Qué causas merecerían tu dinero, tu tiempo…, tu vida?
  3. Las grandes causas no son fáciles. Perder una batalla no es perder la guerra. ¿Qué cualidades piensas necesita un líder como Wilberforce para afrontar una batalla de tal calibre como la abolición de la esclavitud con tantos intereses económicos en juego?

Hay quien ha dicho…

M de Unamuno: “No te importe el número de los que te rodean, que todo verdadero beneficio que hagas a un solo hombre, a todos se lo haces; se lo haces al Hombre”.

F. Rondelet: “En la vida sólo hay dos partidos entre los que es preciso escoger: venderse o entregarse”.

Aristóteles: “La gente que dice que se puede matar a la propia madre no merece argumentos, sino azotes”.

M de Unamuno: “Morir como Ícaro vale más que vivir sin haber intentado volar nunca, aunque fuese con alas de cera. Sube, sube, pues, para que te broten alas, que deseando volar te brotarán”.