Un equipo de fútbol con películas de cine para comprender el mundo

El sociólogo José Pérez Adán alinea películas de cine en un equipo de fútbol para explicar “qué pintamos en el mundo” y “lo mucho que la vida nos ofrece”.
Santiago Mata Martes, 28 de enero de 2025

Hay quien utiliza el cine para educar, y un buen ejemplo es el festival Educacine. Y hay quien en lugar de seleccionar lo mejor de lo más reciente, se ha propuesto hacer una selección de lo mejor de todos los tiempos. Es lo que, a propuesta de sus amigos y tras haber hecho una selección de los mejores jugadores de fútbol de nuestra historia, se propuso el catedrático de sociología José Pérez Adán, a quien conocemos como rector de la Universidad ULIA. Acostumbrado desde los años 70 a utilizar el cine como recurso educativo, la propuesta de Pérez Adán en su libro Equipo de Películas (2024, 173 páginas) es elegir «filmes y gente que me han dicho cosas importantes que no me queda más remedio que agradecer». Importante significa aquí útil para explicar «qué pintamos en el mundo y lo mucho que la vida nos ofrece».

La propuesta de Pérez Adán es también la de organizar un campeonato, estirando la analogía futbolística: «Como seguro que habrá alguien que recoja el guante pensando que puede sacar otra selección para ganarle el partido a la mía, le animo a que lo haga. Nada me gustaría más que, con espíritu deportivo, deleitar al respetable con una verdadera eliminatoria a partido único entre dos buenas selecciones de fútbol con películas».

Al margen de que quien quiera rete a Pérez Adán, otros quizá puedan usar el recurso para fomentar esta competición entre sus alumnos. Con este fin, resumo los criterios con que el autor de Equipo de Películas hace su selección, sin prodigarme en la descripción de las películas más allá del año y título.

Porteros

El Puente sobre el Río Kwai (1957) y Camino de Santa Fe (1940) son las dos películas elegidas como porteros de esta selección. Aunque el autor no lo explica, se entiende que lo mismo que el portero defiende valores irrenunciables, estas películas deben mostrar cómo se defienden a toda costa. En el primer caso, se trata de la ejemplaridad, entendida como «la transmisión de valores y virtudes y, más en concreto aquí, la educación del criterio propio, que es indispensable para ejercer el necesario autodominio sobre uno mismo, que será la barrera contra la que se estrelle la insaciable ambición de dominio que los estados y poderes campantes por el mundo tienen y pretenden sobre niños y jóvenes en general, para convertirlos en dóciles seguidores de sus memorias, ideologías, productos o modas».

Si la elección de la primera película parece poco menos que una llamada a la insurrección, la segunda es lo contrario, ya que en ella, en pro de la defensa de la legalidad estatal y la lealtad entre compañeros (militares) se hace frente a alguien que lucha por liberar a los esclavos en Estados Unidos antes de la Guerra de Secesión (pero con métodos terroristas). Es, sin embargo, también una película que rompe tabúes, en concreto los de la memoria histórica idealizada (en este caso por los westerns), que no es más que una forma de consumismo, frente a la que el seleccionador afirma que «saber historia sin pasión, sin nación, si es posible, es uno de los mejores aprendizajes para la vida».

Camino de Santa Fe (1940), protagonizada por Errol Flynn y Olivia de Havilland.
Camino de Santa Fe (1940), protagonizada por Errol Flynn y Olivia de Havilland.
El autodominio es la barrera contra la que se estrella la ambición de dominio de los estados y poderes
Defensas

La definición de los defensas en Equipo de Películas parece girar en que sus protagonistas sean, si no ya el último bastión de puntos irrenunciables, sí caracteres de una pieza que destaquen el alguna virtud fundamental: pero, una vez más, será mejor verlo en la práctica (pues esta es la esencia del cine como recurso) en las películas elegidas:

Luz Roja (Red Light, 1949): sus personajes están dotados de una madurez que hoy día echamos en falta: «Caracteres de una sola pieza, sólidos, claros, rectilíneos y fuertes. Con convicciones asentadas. Una característica de madurez que en 1949 podía darse por supuesta en cualquier adulto, pero que hoy quizá no».

El Valle de la Violencia (Shenandoah, 1965): Película que para Pérez Adán retrata magistralmente la familia, con los altibajos y diferentes papeles de sus miembros, «mostrando a la humanidad un espejo donde mirarse».

La fugitiva (Woman on the Run, 1950): Película en la que el seleccionador resalta la autenticidad, en particular de la protagonista, entendida como «saber estar en el sitio que toca en cada circunstancia, con dignidad, a pesar de los sinsabores».

El mérito del resto de defensas los dejamos ocultos, ya que la idea aquí es que cada cual haga su selección. Los demás de Pérez Adán son: Open Range (2003), Fireproof(2008); Sangre, sudor y lágrimas (In Which We Serve, 1942).

“Autenticidad es saber estar en su sitio en cada circunstancia, con dignidad, a pesar de los sinsabores

Medios

En este punto sí podemos agradecer al autor que defina la misión de las películas intermedias, y de rechazo también de las de defensa: «Si en la defensa era necesaria la fortaleza, en la línea media viene mejor la inspiración»; son «películas canalizadoras de soluciones positivas», iluminando situaciones vitales «bien con una perspectiva inesperada, bien llegando a la redención buscada o bien descubriendo un camino que da sentido a la experiencia» (p. 62). Las elegidas son:

El Bazar de las sorpresas (The Shop Around the Corner, 1940). Un ejemplo de superación de los prejuicios aprendiendo a confiar en el prójimo: «La confianza, no hay que olvidarlo, es en sí misma una inversión. Cuando alguien que no lo espera recibe nuestra confianza, por lo general, se siente en deuda con nosotros. Por eso la confianza debe de estar presente en toda tarea educativa. Es un acicate para la responsabilidad».

Supuesto que se ha comprendido qué se busca de los mediocampistas, bastará de nuevo enunciar los títulos del resto de seleccionados: Hablan las campanas (Come to the Stable, 1949); Luz en el alma (Christmas Holiday, 1944); Mr. Lucky (1943); Murmullos en la ciudad (People Will Talk, 1951).

“La confianza debe estar presente en toda tarea educativa. Es un acicate para la responsabilidad

Delanteros

Para los delanteros, Pérez Adán abunda en la alegoría futbolística: «se supone que tienen que ser incisivos e hirientes, es decir, mirar puerta y marcar gol. Se precisa una habilidad de desmarque, cierta originalidad y una resolución definitiva, que vean meta y burlen al portero contrario». En este caso, naturalmente, se trata de películas que rompen los moldes de supuestos valores que nuestra sociedad asume y no valen, o que abren paso a valores denostados. En el caso de Diálogo de Carmelitas (1960) es el del martirio como entrega de la propia voluntad: la obediencia debida «como la libre elección de una responsabilidad asumiendo todas las consecuencias que de ello se deriven. La obediencia es aquí algo positivo, en algunos casos tan valioso, que es algo por lo que, en libertad, vale la pena dar la vida» (p. 94-95).

Una vez más, supuesta la comprensión de la tarea de los delanteros, me limito a enumerar el resto de los elegidos en este Equipo de películas: El derecho de nacer(1952); La Muralla(1958); Mesas separadas (Separate Tables, 1958); Vive como quieras(You Can’t Take It with You, 1938);

“La obediencia, cuando es libre elección de una responsabilidad, puede ser algo por lo que vale la pena dar la vida

Suplentes, entrenadores, público y la película que falta por rodar

El libro de Pérez Adán se completa con películas suplentes, para las que no especifica en qué parte del campo jugarían, de modo que cito aquí solo Canción de Cuna (1994) de José Luis Garci; entrenadores, que son dos australianos, el español Edgar Neville y un británico; y como público celestial sus autores preferidos. Para completar el reportaje he querido preguntar a Pérez Adán cuál sería la película que él mismo haría o le gustaría que se hiciera para completar este elenco, y que resumiera por qué le parece tan útil el cine para enseñar. Esta es su respuesta:

«La película que haría, o que me gustaría que se haga, es la versión cinematográfica de la novela de Lorenzo Palmireno Luz Siniestra; La Vocación de marco Antonio (2024, 205 páginas), cine de aventura y esperanza, didáctico, entretenido y atrayente. Algo que rompiese la dicotomía entre el cine europeo como cine de tesis y mensaje, y el cine americano como de vistosidad, técnica y medios, aunando ambas perspectivas. Si yo la produjese, le encargaría la dirección de Mel Gibson o a Bruce Beresford (tengo debilidad por los australianos).»

Luz siniestra, novela de Lorenzo Palmireno.

Luz siniestra, novela de Lorenzo Palmireno.

«El cine es o debe ser, como todo arte, didáctico. De hecho, la educación es, o puede resumirse, en un paseo por el museo de la belleza de la humanidad. Un recorrido que aúne la belleza de la palabra escrita y de la imagen estética en cada una de las etapas del emprendimiento humano. Se me dirá que dejo fuera las ciencias, pero no. La ciencia es la concisión de lo bello en fórmulas de bien. Si hablas con un matemático te dirá de la belleza oculta en una ecuación, si con un físico del descubrimiento de una hermosa y escondida fuerza o perspectiva que soluciona o explica un misterio, si con científico social de la armonía que se adivina en tal o cual agrupamiento o colectivo. En el fondo casi toda expresión humana está dotada de una u otra forma de arte en según qué dosis. De ahí que con el lenguaje cinematográfico se pueda llegar muy lejos en la tarea educativa, también en la educación moral a través de la puesta en escena de vidas ejemplares.»

La educación puede resumirse en un paseo por el museo de la belleza de la humanidad