SMOKE (II parte) Wayne Wang. 1995 El cuento de Navidad2021-10-06T11:07:26+02:00

Puede parecer que la última secuencia de Smoke, aquella con la que se parecen cerrarse las líneas narrativas principales, es cuando se reúnen los cuatro personajes principales tras el reencuentro de Rashib con su padre. Para reforzar esta impresión, nos encontramos ante un plano estático de casi un minuto de duración, del tren del metro neoyorquino que habíamos visto en el arranque, pero ahora en la dirección “ortodoxa”, es decir, de izquierda a derecha. Así, pues, todo parece indicar que la película ha llegado a su fin.

Pero si nos fijamos bien, queda un cabo suelto: la película está estructurada en “capítulos” (siguiendo un modo literario) y cada uno de ellos lleva el nombre de uno de los personajes principales. Falta uno: el dedicado a Auggie, el personaje central. Es el capítulo quinto: la guinda final.

  • Lógicamente la secuencia comienza en el estanco, Brooklyn Cigar Company, en el que Auggie está charlando (ahora de política, antes de beisbol) con sus amigos. Llega Paul a comprar tabaco. Es interesante el detalle: siempre compra dos paquetes, pero ahora sólo quiere uno: “Estoy intentando fumar menos. Alguien se preocupa por mi salud”, le Me parece un buen resumen de lo que les sucede a los personajes del film: sólo se interesan por ellos mismos si otro se interesa por ellos. Todos son “salvados” por otra persona que los libera de un dinero mal ganado, de un pasado indigno, de algún negocio inconfesable, de una muerte accidental… Con otras palabras, la amistad en Smoke es lo que les salva de la caída.
  • Paul le confiesa a Auggie que el New York Times le encargó que escriba un cuento a propósito de la cercanía de la Navidad, pero se encuentra en crisis de ideas. Auggie se ofrece para contarle un cuento si le invita a almorzar. Esto da paso a una secuencia excepcional cuyo valor reside en la forma de ser narrada.
  • En el restaurante, Auggie lee en el periódico (en un primerísimo primer plano) que dos ladrones han muerto en un tiroteo tras un atraco a una joyería. Recordemos que al principio Rashid está huyendo de un gánster apodado “the Creeper“, a quien ha robado cinco mil dólares producto de un atraco. Y recordemos, también, que al final de la secuencia del arranque un chico trata de robar unas revistas “guarras” en el estanco, sale corriendo y Auggie tras él. En la huida pierde la cartera con unas fotos de infancia y su dirección (en el mismo barrio de Rashid): se llama Roger Goodwin. Roger Goodwin es el gánster a quien Rashid robó el dinero y que acaba de morir antes de que Auggie empiece a contar su historia.
  • Pues bien, en Navidad, Auggie decide ir a devolverle la cartera. Roger no está en casa, pero sí su abuela Ethel, anciana y ciega, quien, de manera intencionada, confunde a Auggie con su nieto. Éste le sigue el juego a la anciana y pasa el día de Navidad con ella. Al marcharse roba una de las cámaras fotográficas que encuentra en el cuarto de baño y se va sin despedirse de la abuela, ésta se había quedado dormida. Cuando, meses más tarde, decide devolver la cámara, la anciana ya no vive en el apartamento. Este robo fue el origen de la afición de Auggie a la fotografía y todo lo que trajo como consecuencia.

El cuento de Navidad de Auggie Wren

Decía Lévi-Strauss que el mito es una mentira que cuenta verdad. ¿Qué “verdades” encierra El cuento de navidad de Auggie Wren? Veamos algunas sugerencias.

  1. La foto de Roger Goodwin en el periódico, identificado como delincuente, “rima” con la foto de su feliz e inocente niñez encontrada en la cartera. Estos dos planos tan enfatizados invitan a pensar que entre ambas fotos hay toda una vida. ¿Cómo es posible que un joven pobre de una zona deprimida pase de ser un buen chico a robar, en la adolescencia, revistas de mujeres desnudas y acabe su corta vida, a los catorce años, acribillado a balazos en el robo de una joyería? Por contraste, el destino de Rashid fue distinto. No cabe duda de que Roger es el lado oscuro de Rashid, su otro, casi su hermano de sangre. ¿Dónde la casualidad, dónde la causalidad? Ambas fotos nos invitan, además, a experimentar un sentimiento de lástima y de ternura hacia Roger y, por extensión, a reflexionar sobre la situación real de tantos jóvenes marginados en los barrios de las grandes ciudades.
  2. Paul y Auggie quedan en un restaurante, pero en ningún momento se les ve comiendo. Lo de menos es comer, lo importante es conversar, compartir secretos, intimidades, estar juntos, cultivar la amistad… el “peso del humo” del que se hablaba al principio.
  3. La secuencia es inolvidable por la forma en que se cuenta. La narración de Auggie se desarrolla ininterrumpidamente y, una vez finalizada, la historia se repite pero visualizada en blanco y negro y acompañada por la canción de Tom Waits Innocent when you dream, a la vez que se muestran los títulos de crédito. Es decir, la misma historia es narrada dos veces: primero de manera oral (literaria) y después visual (cinematográfica).
  4. La primera parte está resuelta de manera sencilla a través de una serie inicial de planos/contraplanos de Auggie y Paul hasta que la cámara se detiene en la cara de Auggie y permanece con él unos cinco minutos hasta que éste finaliza su historia. No es fácil mantener un primer plano durante tanto tiempo. Sólo un actor con la personalidad y la fuerza de Harvey Keitel es capaz de conseguirlo.

La cámara permanecerá estática hasta que, casi imperceptiblemente, empiece a acercarse al rostro de Auggie a medida que la historia va ganando en intensidad, para terminar con un inesperado gran primer plano de su boca coincidiendo con el final de su narración.

A continuación, vemos otro gran primer plano de los ojos de Paul, antes de que la escena recupere brevemente su inicial estructura de plano/contraplano. El plano de los ojos de Paul enfatiza la naturaleza del espectáculo que acabamos de presenciar: una emocionante y magnífica historia que Auggie narra e interpreta.

Después silencio, fuman, el humo llena el plano, parecen hablar con la mirada, con el alma. Para establecer una relación afectiva no son necesarias las palabras. Resulta llamativo que sea Auggie el narrador porque lo normal es que fuera el novelista, que es el creador profesional de historias. Auggie, ocupa el lugar de Paul: viene a resultar que el verdadero novelista, el creador, es el “vendedor de humo“, el estanquero.

Auggie le dice a Paul que los hechos son totalmente verídicos, pero éste no acaba de creérselo: “la mentira es un verdadero talento, Auggie. Para inventar una historia, una persona tiene que saber apretar todos los botones adecuados. Yo diría que tú estás en lo más alto, entre los maestros”. Al final…, le agradece el magnífico cuento.

  1. La reconstrucción cinematográfica del cuento utiliza un lenguaje totalmente diferente al resto de la película:
  • No hay largos planos estáticos sino constantes movimientos de cámara y un montaje elíptico que subraya los momentos importantes de la narración oral. Parece, más bien un videoclip para promocionar la canción de Tom Waits.
  • Está rodada en blanco y negro con gran artificialidad e ingenio, ¿con qué intención? Podría tratarse de un flash-back en el que se cuenta el relato que Auggie tiene en su memoria. La transición de color a blanco y negro tiene normalmente ese significado. Pero la sintaxis cinematográfica rara vez permite un flash-back al final de la película, salvo que se trate de una intriga policíaca. Por eso podría querernos decir que nos encontramos ante una mera ficción. Esta manera de reconstrucción cinematográfica del cuento anula la apariencia de objetividad de la narración de Auggie. El cuento de Navidad parece otra metáfora de la vida, donde no se sabe dónde termina lo verdadero y comienza la ficción, dónde está la causalidad y dónde la casualidad, dónde la naturaleza y dónde el arte, dónde el bien y dónde el mal. Todo está relacionado, todo tiene que ver con todo. Quizás por eso, como las fotos que Auggie hacía todos los días en la esquina de su calle, la última secuencia rodada en blanco y negro, trate de explicar al espectador que lo único que redime la dureza de la vida cotidiana es el ensueño (la letra de la canción habla de esto). Ya que el cine y la vida no son más que una simple bocanada de humo; y en saber atraparla, disfrutar o “pesarla” radica el arte de vivir.
  • También es llamativa la desolación del lugar, que se ve intensificada por el cielo gris plomizo y los árboles desnudos que dominan el contrapicado de la cámara. Un paisaje que contrasta dramáticamente con el calor y el color del interior del estanco donde se ha desarrollado gran parte de la película. Nos hace caer en la cuenta de que existe otro mundo, en el mismo Brooklyn, fuera de la “Brocklyn Cigar Company“. Pero, ese mundo, sin relaciones humanas es frío, plomizo, gris, “seco, puntiagudo y salado” (como se dice en El Principito). Parece sugerir que lo que da color a la vida son las relaciones humanas.
  1. La triste belleza del primer plano en que se ven los rostros de Auggie y Granny Ethel fundiéndose en un abrazo merece un comentario ya que, muy probablemente, sea el único momento de verdadero contacto físico en toda la película (salvo la pelea entre Rashid y Cyrus, su padre). El abrazo nos transmite impresiones variadas:
  • En el abrazo la fantasía casi se convierte en realidad: la tonalidad oscura de la piel de Harvey Keitel unida a la fotografía en blanco y negro crean la impresión de que sus colores son similares, de que la distancia entre blanco y negro ha desaparecido. Con lo que sugiere que la discriminación racista está basada en planteamientos culturales y no biológicos: Granny Ethel es definida como negra no por el color de su piel, sino porque la sociedad racista así lo ha decidido. Un inserto posterior de las manos blancas y las manos negras entrelazadas subrayan la idea. El “engaño”, la ensoñación con que se construye esta escena, sugieren que esa igualdad no es un avance social real, sino solamente una utopía, la materialización de un sueño, la realización de un deseo.
  • Ese abrazo también parece manifestar un deseo profundo, escondido y reprimido de Auggie: fundirse con un cuerpo materno que es la nostalgia del hogar perdido. Es Smoke una película de búsqueda de la familia y de la amistad: los personajes de la película se “adoptan” unos a otros y lo hacen independientemente de la raza y de la edad. No es una paternidad biológica, la nueva familiaridad, ese “nosotros”, se va abriendo poco a poco atendiendo y escuchando las llamadas de ayuda de los demás: eso nos va haciendo “hijos” y “padres” adoptivos: el deseo filial de Rashid consiste en una integración en la sociedad. Rashid se descubre, al hilo de la conversación, como hijo de Cyrus. Auggie se convierte en el padre de Felicity. Rashid (adolescente negro) se hace “padre” de Benjamin (adulto y blanco).
  1. Smoke está recorrida por distintos robos, de mayor o menor importancia monetaria y moral. Los billetes que Rashid roba a los gánsteres van de un lugar a otro, como el humo y al final tienen una buena utilidad porque salvarán la vida de otra persona. El cuento de Navidad se inicia con un robo en el estanco de Auggie por un joven llamado Roger Goodwin y termina -como estamos considerando- con otro robo llevado a cabo por Auggie: una cámara, también robada, que éste encuentra en el piso de la abuela Ethel.

Auggie, muchos años después, aún se siente culpable, pero Paul le consuela recordándole que, gracias a él, la anciana fue feliz en el último día de Navidad de su vida. Más todavía, este “pequeño” paso en falso origina la afición de Auggie por la fotografía y, más adelante, su “proyecto”. Por si fuera poco, es este incidente, convertido en historia emocionante y conmovedora, el que saca a Paul de su apuro, le convierte en personaje famoso y, de paso, constituye el núcleo originario de la película. La conclusión que sacamos es que el robo mereció la pena. Todos, protagonistas y espectadores, sacamos provecho de la acción “inmoral” de Auggie. Todo tiene que ver con todo. Todo está entrelazado.

Por tanto, ¿qué es robar?, ¿qué es dar?, ¿qué es mentir?, ¿qué es decir la verdad? Todas esas preguntas se barajan de manera bastante ambigua y los personajes actúan en la película con un comportamiento escéptico y estoico. Nadie es simplemente una cosa u otra. Todos están llenos de contradicciones, y no viven en un mundo que se divida limpiamente en buenos y malos. Cada persona tiene sus puntos fuertes y débiles, oscuros y luminosos. Por ejemplo, Auggie a veces parece un buen hombre, pero también es un timador, un listillo, un gruñón. Rashid es esencialmente un chico bueno y muy inteligente, pero también es un mentiroso, un ladronzuelo, un desvergonzado y un carota.

La misma metáfora del humo recoge esta ambigüedad: no es que fumar sea bueno para la salud pero, comparado con las atrocidades políticas, sociales y ecológicas cometidas diariamente, el tabaco es un asunto menor. La gente fuma, es un hecho. La gente fuma y lo disfruta, aunque no sea bueno para ellos. Es un símbolo de la ambivalencia ¿dónde el mal… dónde el bien?

  1. La banda sonora musical tampoco nos pasa desapercibida. Las imágenes se mueven pausadamente, como si fuese un sueño, al ritmo de la música y la voz rota, desgarrada, melancólica y casi desafinada del cantante Tom Waits. El estribillo dice:

Es una sensación tan triste,
Todos los campos son suaves y verdes,
Son recuerdos lo que estoy robando,
Pero cuando soñamos somos inocentes

¿Qué tiene qué ver la canción con el cuento navideño de Auggie? Los cuentos de Navidad tienen que ver con los niños, los niños tienen que ver con los sueños, con la fantasía, con la creación de historias, con inventar mundos y personajes y, sobre todo, con la inocencia. Esto se resume en el estribillo: cuando soñamos todos somos inocentes. Smoke tiene que ver con todo eso, aunque todo pueda parecer engañoso, es aceptable y benéfico, hay que hacerlo para sobrevivir en la dureza de la vida y de la gran ciudad. Porque al menos cuando soñamos, to­dos somos inocentes . Por ejemplo, el engaño y fingimiento mutuo entre Auggie y Granny Ethel les hace felices, lo mismo que los regalos de los Reyes Magos o de Papá Noel hacen felices a los inocentes niños. Los sueños nos devuelven a la inocencia y nos liberan del peso de los malos recuerdos y de las malas acciones.

Todos los campos son suaves y verdes, / Son recuerdos lo que estoy robando. Nos lleva a una juventud olvidada, a una inocencia y un paraíso perdido y reencontrado en las relaciones sociales y en la construcción de historias. En dónde cuenta más la capacidad de ser tolerante y la capacidad de emocionarse, de aceptar y expresar los propios sentimientos, que la obsesión de clasificar, juzgar y condenar a las personas.

El robo de la cámara, es como una culpa original que devuelve a Auggie a la realidad, al ser imperfecto que es, pero que a la vez le sirvió de inicio de un gran viaje que, como en el de Ulises es siempre un viaje de regreso a una Ítaca que nunca existió, excepto en la imaginación nostálgica del viajero.

Smoke nos invita a emprender un viaje de mejora personal hacia un origen fantástico o paraíso perdido en que lo ideal es la integración en la sociedad basada en la tolerancia y en las relaciones humanas, la aceptación de las limitaciones y los defectos de los otros y de nosotros mismos porque la frontera entre el bien y el mal nunca está clara. El cuento de Auggie y la canción de Tom Waits, en líneas generales, hablan de responsabilidad moral y social, de inocencia y culpabilidad, de ambigüedad entre el bien y el mal, de la injusticia social y de la tolerancia moral, social y racial.

  1. El cuento de navidad de Auggie Wren es una bella historia para un brillante epílogo. Historia de engaños, equívocos, malas acciones que son buenas acciones, mentiras piadosas, robos… Pero ante todo, un ejemplo de cómo se puede construir una buena historia en la vida diaria y con la gente ordinaria. Se trata de ver la belleza de las cosas.

Smoke tiene una visión bastante optimista de la condición humana, porque confía en la bondad de las personas. Aunque nos encontramos con individuos bastante desorientados, angustiados, perdedores. A medida que los personajes se van conociendo, cada uno de ellos consigue salir de sus miserias personales, intentando fomentar en el otro lo mejor que lleva dentro. A partir de aquí, con ayuda del amigo, van restableciendo sus maltrechas vidas y van aprendiendo a ver las cosas de otra manera. En definitiva, las palabras, el don de saber hablar y la amistad son enriquecedoras por sí mismas.

Auggie:

“Si no puedes compartir tus secretos con los amigos, ¿qué clase de amigo eres?

Paul:

“Exactamente. No valdría la pena vivir, ¿verdad?

VPM. 4 junio 2021

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