LA FUERZA DE UNO: el arranque (John G. Avildsen, 1992)2021-02-17T12:48:34+01:00

La película narra la vida de P.K. (Peter Philippe Kenneth Kate), un niño inglés nacido en Sudáfrica en los años treinta, que experimentará muy pronto la segregación racial (apartheid) de los afrikaners (descendientes de los primeros colonos en Sudáfrica, de origen holandés, francés y alemán). A los 7 años queda huérfano y lo envían a estudiar a una escuela dirigida por afrikáners. Allí será sometido por sus compañeros a todo tipo de vejaciones…

Una película de temática racial, aunque original porque el perseguido es un joven blanco de origen inglés.

Desglose y análisis de la primera secuencia o arranque

1. Los títulos de crédito se reservan para el final de la cinta. Así toda la atención del espectador se concentra en la primera imagen: un plano general del mapa de África que es, a la vez, un plano de situación. A continuación un travelling de acercamiento nos sitúa en el lugar en el que se va a desarrollar la historia: Sudáfrica. Inmediatamente el plano se cierra sobre dos jirafas bajo unos árboles, que nos sugiere un paisaje de la sabana. Un fundido encadenado nos lleva del grabado del mapa a la realidad de los animales vivos. Es lo que se llama forma de paso estética.

Inicia la música, primero sólo con el gorjeo de pájaros como único instrumento, después con voces africanas. La música va a tener una gran importancia en la película, es como un personaje más. Justo a la mitad de la película hay una secuencia impactante de un concierto: la fuerza de los pueblos que se unen y se expresan cantando.

2. Se sobreimponen unos rótulos sobre el mapa de África. Esto nos indica que la película está basada en hechos reales.

En 1680, los holandeses, franceses y alemanes, llevaron a cabo persecuciones religiosas en Europa y se establecieron en el sur de África. Se llamaron a sí mismos los “Afrikaners”, los africanos blancos. Durante los próximos 250 años, el Imperio Británico luchó contra los Afrikaners por el control de la tierra, el oro y 20 millones de africanos nativos.

En 1948, un gobierno conservador Afrikaner fue votado para conseguir el poder. Un sistema de segregación racial introducido por los ingleses, fue declarado como ley del país. Los ingleses nunca dieron un nombre al sistema, los Afrikaners lo llamaron Apartheid. Nuestra historia comienza 18 años antes, en 1930, en una pequeña granja inglesa, en el sur de África.

3. Pasamos de las jirafas a un lugar asolado: la cámara con un traveling lateral nos muestra tres casitas africanas y un poco más allá una casa colonial sencilla. Nos está sugiriendo que una familia blanca convive amigablemente con otra negra en un país en el que domina el racismo. Se trata, quizás, de un conjunto aislado y excepcional, pero posible. Este plano serviría de resumen de la película.

4. El título de la película aparece escrito en caracteres escolares: la educación y la cultura es el instrumento más eficaz para devolver a las personas de color su dignidad y sus derechos. Una sola persona puede hacer mucho por los demás. La unidad de un grupo de personas en torno a un ideal es una fuerza para sacar adelante un ideal común.

5. Escuchamos la voz en off de un niño: “Nací escuchando las canciones de los hechiceros zulúes. Cantaban para acabar con la gran sequía que desde hacía más de 10 años estaba abrasando las tierras del sur de África”.

6. Nos introducimos en la casa y vemos a una madre abrazando a su hijo recién nacido. Dos señoras de color la ayudan y comparten su alegría. La voz en off nos informa que el padre del niño murió hace tres semanas. La imagen y la palabra expresan, con fuerza y economía narrativa, que la nueva vida sucede a la muerte y cura su dolor.

7. En el porche de la casa vemos a la madre leyendo en voz alta el conocidísimo poema de Rudyard Kipling (If) cargado de significado. “Si… ¡Serás hombre, hijo mío! No es casualidad: Kipling es inglés, nació en la India y vivió en Sudáfrica, y ese poema es un canto a la dignidad humana y a la educación.

8. A la vez, la señora de color da de mamar primero a P.K. y después a su propio hijo. Lo hace con el mismo cariño y sin transición: no cambia de sitio, no deja de hablar con cada bebé. Las cunas son significativas: la de P.K. en tonos claros, de paja, un material mucho más sencillo que la del bebé de color que es de madera oscura y trabajada con molduras. Imágenes que connotan que la convivencia entre blancos y negros es posible y enriquecedora.

La voz en off de P.K. nos da información sobre su madre: creció y fue educada en Inglaterra rodeada de libros y música (es decir, culta) en una situación próspera. Al casarse con un granjero va a vivir a tierra extraña. La vemos tomando el té y leyendo un libro. La convivencia entre personas de distinta clase social también es posible.

9. P.K. ha nació en África. Sigue su voz en off: “y me atraía el olor de los capullos de jacaranda, y me dormía con el sonido de los pájaros tejedores que permanecían en el nido durante la noche”. Una expresión muy poética que refleja el amor de un niño de origen inglés por su tierra africana. Esto hará más incomprensible y cruel el hecho de que después sea perseguido.

10. “El hijo de Nani, Tonderai, era mi mejor amigo…”. Este personaje desaparece enseguida de la película, pero sirve para mostrar que P.K. se cría con un niño negro que no es un sirviente, sino un igual y un amigo. La armonía entre los dos queda plasmada en una imagen impresionante: sobre el teclado del piano un plano corto de las manos negras de Tonderai y las blancas de P.K a su lado, tocando la misma canción. Al abrirse el plano vemos a los dos niños en un primer plano y, por el aspecto y la ropa que lleva Tonderai, se nota que es uno más en la casa. La música es el himno a la alegría, mejor, a la solidaridad, de Beethoven.

11. La madre de P.K. supervisa la lección de piano de los dos niños y Nani les acompaña mientras pela patatas. Comparten la educación: “mi madre nos enseñaba cosas de Inglaterra, Nani cosas de África. Mi madre me decía que la vida era perfecta”. Estamos ante una familia formada por negros y blancos que viven en armonía, compartiendo culturas. La primera vez que vemos un primer plano del rostro de P.K. es cuando su madre le besa tras la lección de piano: es una cara que refleja amor, seguridad, felicidad. Pero el encuadre es un plano en picado que en el lenguaje del cine sabemos significa amenaza, es decir, la felicidad va a durar poco. La secuencia termina con unos truenos amenazadores.

12. Todo lo contado sucede en un tiempo real de unos diez años, que en la película quedan reducidos a casi cuatro minutos (tiempo fílmico). Esto se llama elipsis. El recurso utilizado para narrar el paso del tiempo son fundidos encadenados.

13. En el arranque, que dura tres minutos y medio, está condensado todo el mensaje que la película quiere transmitir: todos los hombres tenemos la misma dignidad, la convivencia entre las distintas razas y culturas es posibles, pero es necesario un sustrato de cultura y educación que respete los valores humanos.

V.P.M., 1 mayo 2020

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