MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA (Woody Allen, 2014)
Sinopsis
Película ambientada en los años 20 del siglo pasado. Stanley Craford es un mago de prestigio que recibe la visita inesperada de su amigo Howard Burkan, también mago. Howard le pide viaje a Francia para desenmascarar a una presunta médium, Sofi, que trata de hacerse con el dinero de una rica familia, ya que el hijo heredero se ha enamorado de ella. La joven Sofi es una timadora, desenvuelta y simpática, muy natural y sencilla.
Stanley es de esas personas cerradas al espíritu. La materia es la materia y no hay más que eso. Un racional que pone toda su fe, y única fe, en la ciencia y en sus progresos, es decir, en el hombre y su inteligencia. Todo lo que aparentemente no tiene una explicación racional, o es un truco o un avance de la ciencia. No existe la metafísica (más allá de la física).
Este modo suyo de ser le convierten en un ser sarcástico, en un snob engreído, con un gran ego. Por eso es frío y desconfiado. Mira por encima del hombro o desprecia a los creyentes. Los considera infantiles o irracionales. A él le gustaría creer… pero lamentablemente lo que hay es lo que hay. Lo manifiesta así: “todos quieren superpoderes pero el único superpoder lleva una guadaña”. Todo acaba con la tumba porque, si hubiera algo más, supondría que la realidad que vemos no lo es todo, que todo tendría otro significado, que la vida no acabaría con la muerte, que Dios existiría, que existiría un plan y, por tanto, un mundo metafísico.
Quien piensa así y trata de ser coherente con su pensar, ¿qué actitud vital adopta? Pesimista. Él mismo lo confiesa: “la vida es una auténtica faena, es injusta”. O, en otro lugar, dice: “la vida es brutal, desagradable y corta”.
Algunos momentos estelares
La película posee muchos diálogos interesantes. Destacaríamos cuatro secuencias:
a) El momento en que Stanley se pone a rezar por la curación de su tía, Vanessa. Es interesante que él, que nunca ha creído, se ponga a pedir ayuda a Dios. Él que decía: “el poder de la oración. Siempre me he burlado”. Lo hace cuando… no le queda más remedio. Pero lo curioso es que sea precisamente haciendo oración cuando se dé cuenta de… ¡todo!
b) La racionalidad de Stanley se rompe cuando se enamora de Sofi. Él estaba prometido con Olivia, su alma gemela, quien cumplía todos los requisitos que exigía a una esposa ideal; sin embargo aparece Sofi… y su frescura, su sencillez, le encandilan. Este fluir de sentimientos no sabe cómo explicarlo. Esto abre la puerta al amor como una manera de conocimiento distinta de la razón.
c) El pensar que eso de creer es para los niños, para almas cándidas e irracionales. O, en esta misma línea, para quienes tratan de engañarse porque necesitan seguir tirando y soportando los golpes de la vida. Eso es lo único que racionalmente justificaría tener fe: el hecho de que hay que sobrevivir, seguir hacia delante.
d) El papel de la fe en el personaje de Stanley. Su deseo de creer frustrado por la intelectualidad y la ciencia. Estado que podría resumirse en frases como: “la vida debe ser algo más. No puede ser que Dios se afanase tanto y luego reducirse todo a la nada” o, “la vida es aparentemente una estafa: nace, no cometer ningún crimen y estás sentenciado a muerte” (ya que si los cometes, estás igualmente sentenciado).
Preguntas para el diálogo
1. ¿Cómo se suscita la fe?
2. Ver un milagro, ¿obliga a creer?
3. ¿Qué significa tener fe: qué comporta?
4. ¿Qué relación hay entre fe y esperanza?
5. ¿Ves alguna relación entre el modo de pensar de Woody Allen y el argumento de la película?
6. ¿Qué opina de la muerte quien no tiene fe? ¿Cómo explicar, entonces, el deseo de eternidad que todos llevamos dentro? ¿Qué tiene que ver ese deseo con el amor?
7. ¿En qué momento Stanley se enamora de Sofi?
Hay quien ha dicho…
B. Pascal: “El corazón tiene sus razones que la razón desconoce” (lo que Sofi produce en Stanley).
B. Pascal: siempre habrá “bastante luz para los que no desean sino ver y bastante oscuridad para los que tienen una disposición contraria” (por ejemplo, para comentar la relación entre los milagros y la fe).
I. Kant: “Dos cosas colman el ánimo con una admiración y una veneración siempre renovadas y crecientes…: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí” (para la secuencia del observatorio).
G. Marcel: “te amo significa tú no vas a morir” (para explicar el deseo de inmortalidad con el amor).
E.C.M.