Declaración de Valencia

Reunidos en la ciudad de Valencia en el XII Congreso Internacional Ciencia y Vida con el fin de reflexionar sobre “La familia clave del desarrollo” y uniéndonos al espíritu de las declaraciones de Cancún, Montevideo, Querétaro, Buenos Aires, San José, México, Cartagena y Guadalajara, con ánimo de contribuir a la comprensión científica del ser humano y preocupados por el dirigismo que ejercen los poderes constituidos al proponer a la sociedad diversas maneras de entender lo humano,

PROCLAMAMOS

1.- La urgencia de reconocer la familia como sujeto de derechos capaz de ejercer su soberanía ante los poderes públicos . La familia es lo que define nuestra humanidad de modo que su supresión o el recorte de sus libertades supone, de alguna forma, disminuir nuestra capacidad de realizarnos como humanos. La familia debe tener plena libertad para decidir sobre los servicios públicos que le atañen y sirven, y para ello, deben arbitrarse formas para que el estado devuelva poderes a la familia en todos los ámbitos de la función pública. La ambición de circunscribir el marco de acción de la familia a los entornos privados exclusivamente debe denunciarse como una ambición totalitaria.

2.- La necesidad de capacitar a las familias para el desempeño de sus funciones y a los individuos para la vida familiar debe de ser uno de los puntos básicos del sistema educativo en todos los países. En este sentido enriquecedor de la familia entendemos la ciudadanía familiar como la manera más plena de participación social. Una sociedad mejor es una sociedad con mejores familias y, de forma análoga, un país que quiere progresar y desarrollarse deberá capacitar a sus ciudadanos para ser mejores familiarmente hablando proponiendo las virtudes familiares y desincentivando las conductas antifamiliares.

 3.- La conveniencia de que toda la sociedad apueste sin fisuras por la unidad familiar . Entre otras medidas, ello puede conseguirse, por un lado, a través de que las familias puedan ejercer con un amplio margen de libertad el derecho al voto según lo propuesto en la Declaración de San José y la objeción fiscal, y por otro lado, asegurando que los gobiernos centren todas las políticas de ayuda social a través de la familia. Existe una estrecha relación entre desunión y disfunción familiar y la proliferación de conductas antisociales. De igual modo existe una estrecha relación entre familias saludables y unidas, y la paz y el bienestar de la sociedad.

4.- La reforma del estado del bienestar de modo que las seguridades y prestaciones sociales sean ofrecidas a través de las familias y no directamente por parte del estado a los individuos . En la medida en que ello supone un ahorro considerable en prestaciones individuales, supone asimismo asegurar que ninguna familia pueda ver perjudicado su bienestar ni por su tamaño ni por la asistencia debida que presta a sus miembros dependientes. Una práctica concreta que se deriva de esta política es la prestación de servicio doméstico gratuito a las familias que lo necesiten.

5.- Por último, abogamos, porque el fomento del asociacionismo familiar sea una de las preocupaciones prioritarias de los gobiernos tanto en su política interna como en su política exterior . En cualquier caso será conveniente que las asociaciones familiares puedan desempeñar un protagonismo similar al que desempeñan las asociaciones laborales y sindicales en el diseño de políticas y acuerdos relevantes para su marco propio de acción.

En Valencia a 4 de Julio de 2006.